Un grupo de chicos jóvenes, estaban contando algunas de sus experiencias terroríficas, tales como si alguna vez habían visto un fantasma o si habían tenido miedo por algo.
Le tocó el turono a él. Contó que una vez, en su etapa adolescente, le ofrecieron un trabajo de guardia de noche en un instituto. Debía de dar dos rondas, una a las doce, y otra a las tres de la madrugada.
Cada día iba apuntando en su cuaderno un OK por cada sitio que pasaba, pero esa noche, al ir a hacer la segunda ronda que le tocaba, se sintió algo extraño y cuando tuvo que subir al cuarto de calderas vió algo raro enfrente suyo. A él mismo frente a un espejo que nunca existió.
8/10
Parece que al señor Murakami se le dan bien las historias de miedo e intriga...
No hay comentarios:
Publicar un comentario